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El secreto de este condimento

El secreto de este condimento

¿Tienes dudas acerca de cuál es el momento perfecto para salar la carne? ¡Despreocúpate! A continuación te compartimos los mejores consejos.


El plan de carne asada siempre es el protagonista de una reunión familiar o con amigos. Para que sea todo un éxito, los cortes de carne deben estar sellados por fuera y jugosos por dentro, y lo más importante de todo: tener el punto exacto de sal, ni más, ni menos.

De acuerdo con el Club MeatMe, cada parrillero tiene su teoría y no todos coinciden en que el arte de salar la carne es fundamental a la hora de asarla.

Primero debes de tener en cuenta los pro y los contra de cada alternativa para elegir la que más te guste.

-Sal antes de la parrilla
Quienes llevan a cabo esta práctica argumentan que se forma una costra con la sal. Además, si se elige sal fina y se añade 45 minutos antes de llevar los cortes a la parrilla, la carne queda salada en forma homogénea, aunque se corre el riesgo de “sobresalarla”.

-Sal durante la cocción
Los expertos dicen que de esta manera la sal no absorberá los jugos y la carne no quedará seca. Se colocan las carnes sobre la parrilla sin salar y, cuando se dan vuelta, se salan sobre la parte cocida. Puedes hacerlo espolvoreando sal fina por ambos lados. También puedes agregar sal gruesa por un solo lado, de modo que cuando pongas la carne en la parrilla, esta quede arriba y una vez la voltees, ya se haya absorbido.

-Sal al final
Muchas personas creen que salar la carne cruda genera que suelte sus jugos y que quede seca y dura. Esto se relaciona con la teoría de que el cloruro de sodio –como se le conoce científicamente–, tiene la propiedad de absorber la humedad.

Aunque es técnicamente cierto, otros factores determinan la terneza o suavidad de un corte, desde la calidad, la maduración y el tipo de corte, hasta la raza del ganado, su alimentación y método de sacrificio.

¿Con cuál te quedas? Nosotros te aconsejamos que sales tus cortes 15 minutos antes de cocinarlos y que no te limites en cantidad, ya que necesitan más sal de lo que uno puede llegar a pensar.

Ahora que ya conoces los pros y los contras, decide qué opción elegir. Y con estas dos recetas que te compartimos a continuación, la podrás poner en práctica.

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