7 pasos para la rutina de ejercicio del oficinista
Vístete para la ocasión
Las oficinas y corporativos se encuentran en las orillas de la ciudad, convirtiendo tu camino diario en toda una expedición: aprovecha estos tiempos para caminar y consigue un par de tenis deportivos o zapatos cómodos para que puedas hacerlo sin cansarte. Asegúrate que tus zapatos de oficina entren sin problemas en tu bolsa o maletín.
2. Lleva los esenciales en tu bolsa
No olvides tus colaciones en un compartimiento especial de tu bolsa y en las porciones recomendadas por tu nutriólogo. Asimismo, cuida tu higiene y lleva toallas húmedas y desodorante en aerosol por si en alguna ocasión sudas.
3. ¿De viaje?
Si llegas al aeropuerto con bastantes minutos de anticipación, ocupa ese momento para caminar: el window shopping a buen paso será tu aliado y te mantendrá activo. Si estás esperando un vuelo de conexión averigua dónde queda el centro deportivo más cercano, pues muchos cuentan con tarifas especiales para los viajeros.
4. Revisa tus opciones alimenticias
El fast food court es lo más simple a la hora de comer, pero será tu enemigo si quieres mantenerte en forma. Lo ideal es que lleves tu comida o encuentres un lugar donde tengas varias opciones equilibradas y saludables. Si después de comer te quedan algunos minutos libres, no regreses a tu lugar y da un paseo por los alrededores.
5. Camina
Únete con tus compañeros y hagan una visita a la cafetería o cualquier otro punto que les quede por lo menos a una distancia que se recorra en 15 minutos. No sentirán la distancia porque van juntos y se ejercitarán en grupo. Las escapadas a la tienda también son válidas, pero no rompas tu régimen por unas papas o chocolates.
6. Sácale provecho a la tecnología
Existen diferentes aplicaciones que te permiten llevar una bitácora de tu alimentación y te dan tips para ejercitarte a cada momento o te dan asesoría nutricional: si no puedes liberarte de tu Smartphone, conviértelo en tu aliado de la rutina diaria.
7. Descansa
Nada peor que el estrés para llevar a mal término tu propósito de ejercitarte: procura dormir por lo menos seis horas y no hagas ejercicio en las últimas horas del día pues la adrenalina que se genera al tener una rutina dinámica afecta los patrones de descanso.