10 tips para no abandonar la dieta
1. Desayuna bien
Comenzar el día con una comida balanceada, rica en ingredientes vegetales y cereales integrales puede hacer la diferencia conforme pasa el día, pues retrasará la aparición de los antojos y será menos probable que prefieras platillos poco saludables. Recuerda incluir fruta fresca, una porción de proteínas, lácteos, cereales enteros y muchos vegetales.
2. Aprende a condimentar las comidas
Si tu carne o vegetales no saben a nada, es probable que termines agregando unas cuantas papas fritas, aderezos o salsas para aumentar el sabor. Las especias son indispensables en las alacenas de las personas que viven con diabetes, pues aportan mucha más riqueza a los alimentos y realzan los tonos naturales sin añadir calorías adicionales ni azúcares. Comino, pimienta, albahaca, clavo, azafrán tú eliges tus preferidas y cómo las integras a tus alimentos.
3. Planea tus snacks
No es lo mismo salir de casa y mitigar el hambre con cualquier golosina a llevar colaciones establecidas al trabajo o escuela: las nueces y semillas, frutas picadas, galletas integrales y cubos de queso te ayudarán a acabar con los antojos entre comidas sin elevar de golpe tu glucosa.
4. Únete a los buenos
Aguantar el antojo, cuando todos tus compañeros y amigos sucumben ante él, puede ser muy difícil, pero si encuentras en tu círculo a una persona que comparta tus necesidades y creencias, podrá ser más fácil que te controles. Asimismo, puedes contribuir de vez en cuando, aportando snacks saludables, como fruta picada, nueces y queso, que no rompan tu dieta ni eleven tu glucosa.
5. No te rindas con el primer obstáculo
Si tu tratamiento apenas comienza, es muy probable que caigas en alguna tentación: en lugar de abandonar el régimen por completo, trata de compensar tu acción con otra saludable: te comiste una galleta? Toma las escaleras en lugar del elevador o camina por unos minutos extra con tu perro al llegar a casa.
6. Distrae tu mente de los antojos
Esa sensación de hambre, de alimentos específicos, a los pocos minutos de haber comido puede ser sólo un truco de tu mente: prueba tomar un vaso de agua para desaparecer la sensación o realizar alguna actividad que te distraiga de ella. Hablar por teléfono, hacer un crucigrama, ordenar tu cajón del escritorio todas esas actividades cuentan; si a los 30 minutos la sensación no ha desaparecido, acude a tus colaciones.
7. Reprográmate
Desde pequeños nos enseñan a consolarnos con comida en cuanto se nos presenta alguna situación adversa: cuántos de nosotros no hemos caído en el dulce de festejo cuando algo nos sale bien, o el helado de compañía cuando estamos deprimidos? Estas conexiones son más psicológicas que físicas y pueden cambiar paulatinamente: cuando te sientas estresado o triste, da una caminata para relajarte o recurre a algún método de respiración controlada, como la meditación.
8. Realiza cambios inteligentes
Se te antojaron unas galletas? Prueba las versiones integrales y bajas en azúcar en lugar de las tradicionales; asimismo, prueba los chocolates y mermeladas especiales para diabéticos pero recuerda que son sólo para ocasiones contadas y no como parte esencial del día a día.
9. Fíjate con quién te sientas
Estudios sugieren que sentarse junto a una persona que come demasiado rápido o en porciones grandes hará que también aceleres tu proceso y termines comiendo de más, principalmente cuando estás en restaurantes o bufés. Recuerda que no son carreras y disfruta tus platos, pues hasta tu sistema digestivo te agradecerá que te tomes tu tiempo.
10. Haz conciencia
Antes de caer ante la tentación de un caramelo, postre o alimento restringido, pregúntate qué tanto bien o mal hará para tu dieta y si en verdad tienes hambre: estos pequeños procesos te ayudarán a discernir entre los antojos y la verdadera necesidad de alimentarte. Con el tiempo, el proceso será automático e inconsciente.