Lo que debes saber sobre le trastorno de sueño
Los adultos dormimos en promedio 8 horas por 16 de vigilia, aunque esta relación se ve afectada por el ambiente, aspectos sociales y culturales, e incluso, hábitos alimenticios. En el caso de los niños, estos duermen en el transcurso del día hasta los 3 años.
Existen dos tipos principales de sueño: el REM o paradójico y el No-REM. Éste último se divide en sueño superficial (fases 1 y 2) y sueño profundo (fases 3 y 4), también llamado sueño delta o de ondas lentas.
El sueño comienza en la fase 1, un periodo de adormecimiento que dura entre 1 y 7 minutos. Enseguida comienza la fase 2 llamado superficial.
La fase 2 se caracteriza porque el ritmo cerebral se vuelve más lento; además desaparecen las ondas cerebrales habituales durante la vigilia. Los músculos se relajan y disminuye el ritmo cardiaco y respiratorio.
A medida que el sueño avanza, pasamos a un sueño profundo, correspondiente a las fases 3 y 4.
La estructura del sueño varía con la edad. El porcentaje de sueño REM en los niños es mayor que en los adultos y representa aproximadamente la mitad del sueño total mientras que en las personas de la tercera edad existe una disminución del tiempo total de sueño nocturno, con un aumento proporcional del sueño. Asimismo los adultos jóvenes presentan un mayor número de despertares nocturnos.
Trastornos relacionados con el sueño
Pero, ¿Qué tipo de trastornos están relacionados con el sueño? Existen diversos factores, pero primero hay que investigar qué puede estar causando que no podamos ni dormir ni descansar bien. El estrés puede ser el principal factor.
Quizás el trastorno de sueño más frecuente es el insomnio que afecta a una tercera parte de los individuos en el mundo. Si la calidad y la cantidad de horas de sueño han disminuido y por eso duermes menos de lo que necesitas, seguramente sufres de este trastorno que repercute en tus tareas cotidianas.
También existe un trastorno relacionado con la apnea o falta de respiración durante el sueño. De acuerdo con la revista de la SEMG, “un paciente se puede quejar de que ‘no descansa’ pero si su pareja nos informa de que ronca a menudo y ‘a veces es como si se asfixiara’, se tienen más motivos para sospechar que presenta un síndrome de apnea (ausencia de respiración) durante el sueño”.
Asimismo, los hábitos irregulares a la hora de levantarse y de acostarse pueden ser causa determinante de que no puedas dormir al igual que alternar turnos de trabajo.
Finalmente, hábitos alimenticios como el consumo de alcohol, café, bebidas con cola, azúcar, picante, producen insomnio al igual que vivir situaciones estresantes, la ansiedad y la depresión.
Algunos alimentos que te ayudarán a dormir son las infusiones de manzanilla y canela; el té de valeriana o de passiflora. Asimismo, si cenas al menos 4 horas antes de irte a la cama podrás conciliar más fácil el sueño.
Compartimos contigo dos infusiones que te ayudarán a conciliar el sueño por los componentes que contienen.