La cena en su lugar
Aunque no es recomendable comer demasiado antes de dormir, los nutriólogos recomiendan evitar saltarnos esa última comida del día. La clave está en elegir alimentos con bajo contenido calórico que puedan metabolizarse rápidamente y que no causen sensación de pesadez e indigestión que interfiera con el descanso nocturno.
Poca hambre, mucho sueño
Evita saltarte alguna de las comidas del día, pues correrás el riesgo de llegar a la noche con el hambre totalmente descontrolada. Si mantienes horarios establecidos para cada comida, será más fácil terminar la jornada disfrutando de una cena ligera y saludable.
Prefiere alimentos sin azúcar
Con esto nos referimos a que elijas aquellos que son frescos, poco condimentados y bajos en grasa, para que no interfieran con tu descanso. La lechuga, el plátano y la miel, entre otros, son ricos en triptófano, sustancia precursora de la serotonina, que ayuda a mejorar el descanso y la sensación de bienestar.
Ten un plan a la mano
Cuando llegas de trabajar, lo que menos quieres es comenzar a preparar de cero la cena; es más fácil sucumbir a la tentación de la comida fácil antes que enjuagar y desinfectar lechuga. Para que este no sea tu panorama diario, procura tener frutas y verduras picadas en tu refrigerador, carne lista para asar y algunos vegetales al vapor.