Los 10 tips de los snacks ligeros
1. Cuenta las calorías
Si piensas comer algún alimento procesado, lee con atención las etiquetas nutrimentales para que tengas una idea de cuántas calorías contiene cada alimento. Si no es así, pídele ayuda a tu médico para que te indique el valor de cada ingrediente: recuerda que todas cuentan y la meta es quemar más de las que consumes.
2. Haz combinaciones inteligentes
No es necesario que vivas de vegetales todos los días, sino que aprendas a combinar todos los ingredientes disponibles para que prepares platillos ricos, equilibrados y saludables que satisfagan todas las necesidades nutrimentales diarias: combinar leguminosas con carbohidratos, como frijoles y arroz, da como resultado proteínas de alta calidad, mientras que el hierro se absorbe mejor en medios ácidos, como con limón o cebolla.
3. Vigila el tamaño de la porción
Aunque sean saludables, el exceso puede afectar de manera considerable tu dieta. Ningún alimento debe consumirse sin control, pues su ingesta adicional provoca desequilibrios nutrimentales importantes. Un refrigerio debe eliminar el hambre de momento sin llegar a la saciedad, pues se trata de que tu cuerpo tenga espacio para la comida o la cena y no que te saltes dichos alimentos.
4. Come regularmente
En teoría, no debemos dejar pasar más de 3 horas sin alimento alguno, pues esto hace lento el metabolismo; por el contrario, comer tres veces al día e incluir dos colaciones lo acelera, quema grasa y mejora el funcionamiento del sistema digestivo.
5. Identifica y anticipa tus antojos
Ya sabes a qué hora te sientes hambriento? Si tomas registro de en qué momentos te sientes así, podrás conocer si te trata de antojo o de una sensación de hambre auténtica. Por lo regular, la gente siente hambre cuando la hora de la comida se acerca, así que no vale la pena llenarse de snacks poco saludables cuando en pocos minutos puedes disfrutar de preparaciones hechas a tu medida.
6. Las bebidas también cuentan
No olvides llevar el conteo calórico de todo lo que tomas, sin importar que sea café, té, agua, bebidas carbonatadas o lácteos. Sustituye estos últimos por sus versiones descremadas para no aportar grasa a tu dieta y elimina la crema batida del café matutino: recuerda que un café americano tiene considerablemente menos calorías que un capuccino doble con caramelo y crema. Cambia hábitos al momento de seleccionar tu bebida y recuerda que menos es más.
7. Compra lo necesario
Si olvidaste tu snack a media mañana, no compres lo primero que veas en tu tiendita de la esquina: busca opciones como cacahuates sin sal, galletas bajas en azúcar o fruta picada en lugar de papas, chocolates, sándwiches o galletas con relleno.
8. Y el azúcar escondida?
No toda proviene de las fuentes más obvias, como los dulces, la fruta o la leche: también la puedes encontrar en el yogurt, el pan, algunos aderezos y la comida procesada. Su consumo causa inflamación en tu cuerpo y un exceso de energía que se acumulará en forma de grasa.
9. Evita el frenesí
Después de un ayuno largo, el cuerpo reacciona con un ligero estrés ante la comida, provocando que comamos más rápido y de todo: es importante que aprendas a controlar estos episodios para evitar los excesos. Toma agua cuando esto suceda: no te quitará el hambre pero te ayudará a calmar dicha sensación por algunos minutos.
10. Reacomoda tu refrigerador
Que lo primero que veas sean las frutas y las verduras, en lugar de los embutidos y de la comida procesada: cuando tenemos hambre, principalmente al llegar a casa, tomamos lo primero que vemos como tentempié en lo que preparamos la comida principal; sin embargo, terminamos cayendo en la trampa e ingerimos alimentos prohibidos: ten a la mano nueces, semillas y fruta picada para estos momentos.