¿Otro tipo de diabetes?
Se caracteriza por el aumento de la glucosa en la sangre y en la producción de insulina, lo que pone en riesgo la evolución prenatal. Afecta al 4% de los embarazos y aparece en los últimos meses de desarrollo, aunque la madre no haya tenido antecedentes previos; no genera malformaciones, pues el bebé solo está en crecimiento, pero sí crea sobrepeso al nacer y eleva la glucosa del niño durante un tiempo breve después del parto. Este tipo de diabetes se caracteriza porque el cuerpo es incapaz de utilizar la insulina que el páncreas produce, circunstancia también llamada resistencia a la insulina; con ello el azúcar no se convierte en energía, pasando al torrente sanguíneo. La placenta, membrana que recubre al bebé, utiliza la sangre para dar energía y nutrientes al niño, absorbe el azúcar y lo transforma en grasa en el bebé, quien comenzará a ganar peso desde antes de su nacimiento.
Si tienes estos síntomas durante el embarazo, consulta a tu médico:
Visión borrosa
Fatiga
Aumento de la frecuencia al orinar
Mucha sed
Aumento del apetito
Pérdida de peso
Infecciones urinarias
¿Y EL BEBÉ? Como mencionamos, el nivel de azúcar en el niño se eleva porque recibe nutrientes directamente del torrente sanguíneo de su madre; los médicos deberán mantenerlo en vigilancia para evitar fallas orgánicas o repercusiones a largo plazo. Al igual que en el adulto, el páncreas del niño generará más insulina para intentar disminuir la glucosa y procesarla, lo que se traducirá en un exceso de energía que el hígado guardará como grasa y provocará un aumento desproporcional en el peso del recién nacido. Por lo general, la glucosa se normaliza un par de días después del nacimiento, aunque pueden presentarse periodos de hipoglicemia en los primeros años de vida debido a que ya su cuerpo está acostumbrado a un alta de este nutriente. Asegúrate de realizarte estudios durante y después del embarazo, en los que se incluya un chequeo completo del sistema cardiaco y pruebas de glucosa. Además, no dejes nada al azar y establece dietas bajas en carbohidratos y azúcares para evitar el desarrollo de diabetes tipo 2 en ambos.
Prácticas saludables!
HAZ EJERCICIO Algunos centros ofrecen servicios de guardería y ejercicios mutuos para que tú y tu bebé se mantengan en movimiento. Si le fomentas el hábito de ejercitarse desde edad temprana, será menos propenso a sufrir sobrepeso cuando sea adulto.
¿ESTIMULACIÓN TEMPRANA? Se trata de programas que permiten amplificar las experiencias sensoriales para los niños, lo que los hace más receptivos a su entorno. En estas actividades aprenderán a conocerse y a realizar rutinas de masajes que fomentarán el buen funcionamiento de su cuerpo.
SÍ AL AGUA NATURAL Si tu hijo ya está en edad de tomar otros líquidos además de leche materna, prefiere el agua sin miel, azúcar u otros endulzantes, pues además de que puede desarrollar caries en los dientes de leche, será un hábito difícil de quitar a largo plazo.
UNA ALIMENTACIÓN BALANCEADA En cuanto esté listo para la ablactación deberás tomar medidas para ofrecerle los ingredientes más frescos, naturales y saludables que tengas disponibles. No endulces las papillas ni utilices sal en exceso. Indúcelo a conocer las porciones correctas y háblale de la importancia de la comida casera y completa.