Tu hijo lejos de la diabetes
Empieza con el ejemplo:un estudio realizado en 2008 por el investigador Matthew Davis demostró que mientras mayor es el grado de obesidad de los padres de un niño, mayor es la posibilidad de que este tenga sobrepeso. Y no se trata precisamente del factor genético: en realidad, los pequeños comienzan a imitar las costumbres de los progenitores (buenas y malas por igual). Si deseas hijos saludables comienza por modificar tu conducta.
Familia en movimiento. Te has preguntado si las actividades de tu hijo son realmente equilibradas? En ocasiones, aunque los pequeños estén involucrados en diversas tareas, debemos detenernos a analizar si, en total, estas tienden a favorecer su sedentarismo o no. Por ejemplo, si pasa la mayor parte del tiempo en casa viendo TV, leyendo, usando la computadora o jugando videojuegos es probable que no se esté moviendo lo suficiente. Motiva a tu pequeño a realizar juegos y ejercicio en áreas abiertas y, qué mejor, acompáñalo en la medida de lo posible.
Todos en la mesa. En la actualidad, las presiones diarias, la vida laboral y las grandes distancias a veces impiden compartir la mesa con los seres queridos. Sin embargo, es muy importante que en nuestro tiempo libre y aun en nuestra ausencia (otros miembros de la familia pueden ayudar) generes la costumbre de comer en la mesa. No hacerlo puede provocar que perdamos el control de la alimentación diaria de tus hijos. Mientras más procures crear un ambiente armónico, saludable y amoroso a la hora de comer, mayor será el placer de disfrutar de una comida casera equilibrada y divertida.