Burbujas para todos los días
Los champagnes y espumosos son considerados como los vinos más elegantes y exquisitos del mundo.
Su nacimiento, -más por defecto que por intención-, se originó en una fría región ubicada al norte de Francia conocida como Champagne.
Durante el siglo XVII, por falta de conocimiento, se le atribuyó a la presencia de burbujas en la botella un carácter de defecto e incluso, de maldición. Años después, se supo con certeza que la verdadera razón de la presencia de éstas en este tipo de vinos se debía al clima característico del territorio.
Posteriormente los monjes de la abadía de Hautvilliers, consideraros los impulsadores del champagne, sellaron una alianza con una de las condesas más populares de la corte de Luis XIV en Versalles, para poner de moda su vino espumoso en las más elegantes fiestas parisinas.
Fue así como esta bebida comenzó percibirse como una bebida de reyes y nobles y por ende, el mejor acompañante de las fiestas especiales y cenas elegantes en todo el mundo.
Ahora bien, uno los grandes mitos alrededor de este tipo de vinos es pensar que solamente se pueden disfrutar en momentos especiales como nacimientos, bautizos, pedidas de mano, aniversarios y fin de año, y como resultado se debe pagar una cantidad exorbitante por una buena botella.
Gracias al aumento de la demanda de vinos en el país y al boom que se vive en materia gastronómica, hoy en día se encuentran vinos espumosos de muy alta calidad, elaborados mediante métodos tradicionales o charmat, en el que las burbujas se originan de manera natural en tanques de acero inoxidable.
justifyEl resultado son vinos naturales, jóvenes, frescos e ideales para consumir en cualquier momento del día y en cualquier lugar, desde tardes soleadas, climas templados y cálidos, acompañando mariscos al frente del mar o un exquisito brunch familiar./justify
justify¿Cómo disfrutarlos? /justify
El reino de los espumosos, incluyendo champagnes, se disfrutan fríos debido a la refrescante acidez que los caracteriza, por eso consúmalos entre 8 y 10 °C. Prueba preparando un bellini con jugo de naranja natural y Champagne.
Lleva la botella al refrigerador o a una hielera con agua durante unos segundos. Luego sirve el vino en una copa tipo flauta larga y alta para poder apreciar de manera correcta sus delicadas burbujas. Evita agitar la botella antes de abrirla pues se desperdiciará una parte considerable del líquido.
Si te encuentras en el supermercado busca las categorías Brut o Extra Brut en la etiqueta. Lo anterior se refiere a que son vinos secos que marinan espectacular con carnes blancas, fresas y mariscos.
Y recuerda: jamás tengas miedo de descorchar una botella de espumoso por la simple razón de querer disfrutar de sus burbujas. Prueba descorchando una botella en un día normal de trabajo en vez de una fecha especial y acompáñala con un fondue de chocolate y fresas.