¿Por qué debes mantenerte físicamente activo?
Si tu doctor le sugirió que comiences un programa de actividad física, pon cuidado: The American Heart Association recomienda que realicemos 150 minutos de actividad física moderada-intensa cada semana.
De esta manera evitarás problemas cardiacos durante tu edad adulta como ataques al corazón, presión arterial alta ó hipertensión; colesterol total alto, colesterol LDL (malo) alto y colesterol HDL (bueno) bajo; sobrepeso, diabetes y ataque cerebral.
Es importante que, sin importar el tipo de enfermedad que tengas, hables siempre con tu doctor sobre el programa de ejercicio más apto para tus necesidades. No se trata de seguir rutinas de ejercicio que ves en Internet: No hay nadie que te conozca mejor que tu doctor.
Una vez comiences tu rutina de ejercicio es importante que seas constante y consiente de que la actividad física es buena para tu salud y bienestar. Además te divertirás, sobretodo si escoges un ejercicio ó plan físico que te guste y te apasione.
Mientras corres, caminas, trotas, subes escaleras, realizas cardio en la elíptica, montas bicicleta, bailas, escalas, nadas ó saltas en tu concierto favorito, estás fortaleciendo tu corazón, pulmones, huesos y músculos. Y no solo eso: Entre más adoptes el ejercicio como parte de tu vida notarás que te sientes con más fuerza y energía.
Ejercitarte te ayuda de manera automática a controlar tu peso, presión arterial, estrés y ansiedad. También notarás que dormirás mejor y te sentirás mejor física y espiritualmente.
Recuerda que para lograr que tu corazón se ejercite no solo basta con caminar. Debes hacerlo a paso energético porque entre más esfuerzo realices, el “estado físico” de tu corazón aumentará.
Un consejo: Comienza tu rutina (corta y suave) y luego ve aumentando su nivel de intensidad, a medida que tu corazón se vaya fortaleciendo. También debes aumentar de una sesión a la semana a mínimo 3.
Para finalizar, puedes buscar otras formas de ejercitarte en tu día a día como caminar entre 10 y 15 minutos después de la comida, usar las escaleras en vez del ascensor ó estacionar lejos de la tienda para “obligarte” a caminar hasta la tienda. Son pequeños grandes cambios que harán la diferencia.
Te dejamos con 2 recetas: una para antes de realizar tu rutina de ejercicio y otra para reconfortarte después del esfuerzo.