Cuando las emociones controlan tu salud
1. La alegría Cuando estamos contentos y lo manifestamos frecuentemente con algunas dosis de carcajadas, beneficiamos directamente al sistema respiratorio, ya que mejora la oxigenación general del organismo y ayuda a expandir los pulmones. Reír también es eficaz para fortalecer el sistema inmune.
2 El optimismo La revista Scientific American ha publicado diversos estudios que sugieren que las personas que mantienen una actitud optimista y evitan concentrar su energía y pensamientos en las experiencias negativas, presentan un menor riesgo de sufrir alteraciones cardiacas. Comprobado: el optimismo es capaz de liberar la ansiedad y sus consecuencias en el sistema nerviodo y cardiovascular.
3. La confianza Dejar las preocupaciones a un lado y adoptar una posición en la que simplemente confiamos en que todo se resolverá, aunque no descifremos exactamente todo, es un gran antídoto perfecto para evitar trastornos estomacales; también permite combatir problemas digestivos.
4. La compasión La psicóloga Bárbara Frederickson ha dirigido estudios para conocer el efecto del amor y cuidado de otros en el organismo. Según sus hallazgos, practicar este comportamiento ha reflejado beneficios para la función del nervio vago, que controla el movimiento muscular y regula los latidos del corazón.
5. La capacidad de asombro Una investigación de la Universidad de California demostró que cuando una persona tiene experiencias que despiertan su asombro (como admirar un bello paisaje natural, hacer manifestaciones artísticas o una actividad relacionada con lo espiritual) desarrolla un menor nivel de citocinas, que son proteínas que han sido vinculadas al desarrollo de enfermedades autoinmunes.
6. La gratitud Algunos expertos aseguran que sentirse agradecido con otras personas y con la vida en general ayuda a fortalecer el sistema inmune, y en consecuencia, a prevenir enfermedades. Algunos estudios han sugerido que también contribuye a mejorar el descanso durante las horas de sueño.
7. El amor por uno mismo Un estudio publicado en 2013 en el Personality and Social Psychology Bulletin reveló que las personas que suelen cuidarse y evitan conductas nocivas son más propensas a atender los síntomas de cualquier mal en cuanto éstos aparecen. Este comportamiento nos permite atender enfermedades a tiempo y con ello se evita que progresen.