Feliz Año Nuevo
¿Cuántas veces has realizado en la noche del año que termina los clásicos rituales de amor, dinero y salud; ya sea portando ropa interior de color rojo, barriendo tu casa para liberarla de las malas vibras o rellenando tus zapatos con monedas para la prosperidad? Todo con un único fin, mejorar tu vida y la de tus seres queridos. Pero la solución no esta únicamente en los rituales, el cambio debe surgir de nuestro interior; quitarte el orgullo y reconcíliate con quien amas, ser más tolerante con tus pequeños , más amorosa con tu pareja y reencontrarte con amistades que quizás tenías un tanto olvidadas. Los buenos momentos y la felicidad plena no se hacen por si mismos, uno tiene que ir construyéndolos.
Año Nuevo es el motivo perfecto para realizarlo, risas y vivencias se unirán para celebrar junto con las 12 campanadas el comienzo de una vida nueva, donde más allá de los propósitos disfrutarás de la calidez de la familia, la lealtad de los amigos y el amor por la pareja. He aquí algunas creaciones culinarias que te llevarán a vivir las fiestas como un encuentro inolvidable, en donde el cariño y el afecto forman parte de los ingredientes principales.
Prosperidad con el fruto de la vid.
La tradición de comer 12 uvas al mismo tiempo que suenan las 12 campanadas de la medianoche del 31 de diciembre se relaciona con los anhelos, aspiraciones y deseos que tiene cada persona para el siguiente año, esperando que todos se cumplan y se conviertan en realidad. Lo mejor es festejar esta significativa costumbre con uvas pequeñas y sin semillas, de esta forma te será más fácil masticarlas. Una buena forma para dar a conocer tus buenos deseos y buena suerte a quienes amas es darle un giro a esta tradición haciéndole tuya con una inolvidable gelatina de anís con uvas.
5,4,3,2,1…… ¡Feliz Año Nuevo!
La celebración del Año Nuevo viene de muchos siglos atrás. La cultura babilónica fue la primera en conmemorar esta fecha en el año 2,000 a.c., sin embargo no se llevaba a cabo el primero de enero, sino el segundo día de primavera y tenía una duración de once días consecutivos. Por mucho tiempo esto continuó de a misma manera, hasta que los romanos lo cambiaron, justo cuando Julio César estaba en el poder. La decisión fue tomada tras ver la desincronización que tenía el calendario por alteraciones de fechas y se determinó establecer el inicio de año el día primero de enero.
Sorprendentemente provechoso este artículo. Algo bastante curioso para un regalo.
Ojalá encontrar más posts así.