De temporada: Ingredientes ricos ¡y en su punto!
Mandarina Originaria de las zonas tropicales de Asia, principalmente China, este fruto de sabor dulce y ligera acidez comprende las variedades clementina, clemenvilla, híbrido y satsuma. Es por eso que su color varía del naranja ligero al rojizo, su forma puede ser oval o achatada y su piel lisa o rugosa.
¿Por qué te hace bien? Además de su alto contenido de vitamina C, indispensable para combatir enfermedades respiratorias, la mandarina también es rica en vitamina A, sustancia que ayuda a mantener una piel sana. Por ser un alimento con gran contenido en potasio y bajo en sodio, es ideal para personas con hipertensión arterial o afecciones cardiacas. La mayor cantidad de fibra se encuentra en la pulpa blanca que está debajo de la piel, por lo cual no es recomendable eliminarla, ya que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y al mismo tiempo genera sensación de saciedad.
Elige y conserva Te sugerimos elegir aquellas cuyo su peso sea mayor respecto a su tamaño, pues tendrán más jugo. Otro indicador de calidad es su aroma, este debe ser dulce e intenso. En casa, es preferible mantenerlas en un frutero que permita la ventilación y en un lugar alejado del sol y sin humedad.
Betabel También conocido como ‘remolacha’, esta hortaliza oriunda de la zona costera del norte de África se caracteriza por su sabor dulce y textura crujiente. Además del bulbo, también puedes aprovechar las hojas.
¿Por qué te hace bien? Al ser rico en ácido fólico, se recomienda consumirlo durante el embarazo, pues ayuda al adecuado desarrollo del tubo neuronal del bebé, evitando malformaciones como espina bífida. Funciona como un excelente antioxidante gracias a su alto contenido de antocianinas y previene enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. También posee hierro, que ayuda a combatir y prevenir la anemia.
Elige y conserva Está presente todo el año en tiendas de autoservicio y mercados. Elige aquellos que estén firmes, tengan la piel lisa y conserven los tallos y hojas, pues es un indicador de frescura. Evita las piezas con magulladuras y prefiere las de color rojo intenso. Almacénalos en la parte baja del refrigerador para que no se marchiten; así te podrán durar hasta tres semanas. Si adquiriste los bulbos con hojas, guárdalas por separado envueltas en papel absorbente y adentro de un recipiente hermético.
Mamey Es una fruta de sabor suave que recuerda ligeramente al durazno. Es originario de las Antillas, pero su consumo se ha expandido a toda América. Su cáscara gruesa de color marrón resguarda una pulpa de color salmón y textura cremosa.
¿Por qué te hace bien? Es una fruta con alto contenido de vitamina A, que refuerza el buen funcionamiento de los pulmones. También ayuda en la formación de tejidos nerviosos, mantiene una buena salud bucal y fortalece la visión nocturna. Tiene propiedades antibióticas y brinda energía. Contiene potasio, que ayuda a regular la presión arterial; calcio, esencial para la formación de huesos; hierro, indispensable para transportar oxígeno a la sangre y fósforo, necesario para la correcta transmisión de impulsos nerviosos.
Elige y conserva Para verificar su frescura, ejerce un poco de presión sobre la piel, el fruto debe tener una consistencia firme pero no demasiado dura. Evita los que, al tacto, tengan una sensación hueca. Mantenlos en un lugar seco y ventilado, lejos de la luz del sol. Si solo te comiste una parte de la fruta, cubre el resto con plástico adherente y refrigera. Y si quieres disfrutar de su sabor por más tiempo, retira la pulpa, colócala en un recipiente hermético y guárdala en el congelador.
Miel de agave Esta miel es un sirope extraído de la planta del agave originaria de México, considerada uno de los edulcorantes naturales más saludables del mundo. Se extrae de la savia líquida que se encuentra en el interior de la penca del agave.
¿Por qué te hace bien? Es un producto 100% orgánico que ayuda a la salud al disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos; también ayuda a tu cuerpo a absorber el calcio y el magnesio de otros alimentos, no causa caries y estimula la digestión intestinal.
Elige y conserva Revisa que los contenedores que compres estén limpios y no presenten manchas de derrame, para asegurarte que la miel no fue contaminada con agentes externos después de ser envasada. Consérvala en un ambiente frío y seco, alejado de la luz del sol, revisando periódicamente la fecha de caducidad.