Cocteles que se comen y postres que se beben
Esta innovación culinaria comienza con la historia del pastelero catalán Matías Sarli, a quién se le encendió la bombilla tras acudir a un seminario del pastelero Andrés Conde, y decidió no dejar pasar la oportunidad.
En aquella época, trabajaba en un restaurante japonés de alta cocina de Barcelona, y junto al chef, Mario Urbieto, decidieron crear una carta de seis cócteles comestibles. Fue así como dieron vida a su propio pop-up Cocktail & Pastelería llamado 80-20ml, en Barcelona.
Allí, podías vivir una experiencia única, en la que no sólo los cócteles se comían y los postres se bebían, sino que el ambiente también era el protagonista.
Poco a poco, su trabajo se empezó a reconocer al ser invitados por el Basque Culinary Center para hacer un seminario; hasta que en 2016 obtuvieron el premio revelación gastronómica del año, otorgado por Alimentaria, una feria española de alimentación, bebidas y gastronomía.
Una de sus preparaciones más conocidas es el “Minicactus deconstruido”. En este cóctel que se come con cuchara, la tierra es de mezcal y el flan de harina y tequila; también lleva leche de chocolate especiada, mezcal con sabor a mineral y un sirope de dulce siso, entre otros ingredientes.
Aprovechamos para dejarte una receta de un postre que podrías convertir en una bebida y de un cóctel que fácilmente, puede convertirse en postre. Pruébalo y nos cuentas.